¡¡Yo me adapto a tus fantasías!! Llámame

¡¡Yo me adapto a tus fantasías!! Llámame

Si no es posible, me acerco a la chica que me agrada cuando comienzan a tocar salsa y nunca, bajo ninguna circunstancia les pregunto, ¿Quieres bailar? Además de que eso es lo que todos afirman y es una petición que implica también un ¡Es que no sé danzar!, o, ¡Mejor la próxima!, o un simple, ¡No, gracias! Se me hace una pregunta tan tonta como ir al estadio y preguntarle al de al lado, ¿Vienes a ver el partido? No se extrañen si cualquiera de estos días hallan a Regina en la sala 56 del edificio Villanueva del museo del Prado, donde está la colección permanente, en la planta cero. Fíjense. Muchas tardes hay una mujer de pie. Es rubia, tiene ojos de gata. De esos con forma de almendra dibujados cara arriba. Siempre y en toda circunstancia mira el tríptico del Bosco. Parece deslumbrada con la majestuosidad de una obra que conoce con todo detalle. Pasea sus ojos por la tabla que realmente da nombre a El jardín de las exquisiteces, la central, obviando prácticamente por completo las otras dos, porque ni el paraíso ni el infierno existen para ella. Es posible que sea Regina. Y que esté imaginando cuál de todas sus mujeres es. Si la que come frutas recién recogidas de uno de los árboles de sus tierras, mientras que un hombre, Gianluigi Buffon, observa aguardando que dé su aprobación. Entonces escogerá las mejores y las cocerá con agua, azúcar, corteza de limón y ramitas de canela hasta hacer confituras que, llegado el invierno, va a untar y va a lamer sobre su sexo. O puede que, la mañana que se encuentren con ella, Regina prefiera ser una de las mujeres del estanque central, las que se bañan desnudas. Hasta ella llegará a lomos de uno de los caballos Hugh Jackman, resaltando del resto de la procesión del deseo, para dejarse frotar la espalda con un cepillo de cerdas naturales hasta el momento en que no quede ni indicio del polvo y barro del camino. Será en sus brazos en los que se quede a dormir tras hacer el amor. Otro día Regina es posible que escoja amores más voluptuosos y se oculte en el mejillón que un hombre acarrea sobre sus hombros. ¿La distinguen? En su cabeza seguro que se hace acompañar de Robert Downey Jr., ocultándose a fin de que absolutamente nadie vea que realmente le hace cosquillas en las orejas, arrancándole carcajadas limpias mientras que acaricia sus senos y besa sus labios gruesos que saben a mora. Pero si Regina está exultante, deseará que todo el planeta sepa que es la mujer de la burbuja, esa que la obsesiona desde pequeña. Para encerrarse en ella con Vincent Cassel y que el francés recorra sus curvas con esas manos de escultor que son lima, para masturbarla y después tenerla. Los gritos alertarán al resto de los personajes del cuadro, porque Regina, en ese mismo momento, va a perder el poco pudor que tiene y se dejará balancear por los brazos de la lujuria y el pecado.

Si te enamoraste de una persona casada, o que se sobrepasa en el consumo de drogas, trinque y/o sexo, o bien junto inclinación a la violencia física o sensible, que padece graves desequilibrios emocionales, o bien poco afín, tienes razón al permitir que te enamoraste de la persona equivocada. Mas si era una buena persona y simplemente se distanció de ti, entonces no era la persona equivocada. En el chat intentas reemplazar en otra persona las faltas que encuentras en tu pareja. En el amante virtual buscas a alguien que te ofrezca cosas que no puede hacer un amante físico. Tal vez me equivoco. Para mí escribir para ella es como hacer literatura. Es como si mis sentimientos se convirtieran en los de una mujer que quiere ser preciosa. Por norma general no engaño, mas si en el chat la ocasión requiere engañar o contar una historia fantástica, ahí estoy, dispuesto a redactar lo que sea. Me considero a mí mismo como un animador social, un animador virtual. A veces considero que debería haber cursos para formar gente que anime foros de discusión y chats.

Para esa persona, el dolor consiste en no poder probar esas dosis de dolor

El ejercicio es una terapia que convierte todo tu cuerpo. Tu cuerpo fue hecho para moverse; Los efectos del ejercicio insuficiente, que pueden incluir enfermedades cardíacas, artritis, obesidad y depresión, pueden interferir de manera directa con la salud sexual. El ejercicio físico puede mejorar su sexualidad incrementando su consumo de oxígeno, robusteciendo su corazón, moviendo sus fluidos linfáticos por medio de su cuerpo, ayudando a quitar toxinas de sus tejidos, elevando su vitalidad, ayudándole a perder peso y haciendo que se vea mejor. Al progresar la función de cada célula de su cuerpo, el ejercicio asimismo promueve el funcionamiento saludable de sus órganos sexuales. En suma, todo ejercicio es sexercise. El amor infantil prosigue el principio: Amo pues me aman. El amor maduro obedece al principio: Me aman porque amo. El amor inmaduro dice: Te amo pues lo necesito. El amor maduro dice: Te necesito por el hecho de que te amo.. No voy a procurar psicoanalizar a tu hijo para determinar por qué ha escogido esa clase de pareja, y tútampoco debes hacerlo. El hecho es, por alguna razón de su vida, que ella le atrae. Túy podemos sospechar con fundamento (o bien en tu caso hasta orar por ello) que esta relación va a concluir mal, mas de ningún modo debes persuadir a tu hijo de que debe abandonarla. En efecto, cuanto más la censures a ella, más rebelde se volverá él. Se cree que aunque el hombre es, normalmente, discontinuo. La mujer tiene fantasías lo que equivaldría a afirmar que lo que tiene no es perfecto, que su situación no es la ideal y que lo maneja a través de sus fantasías. Mas si es de este modo, por el hecho de que debería hoy en día manejarse solamente por fantasías, cuando hay tantos divorcios, cuando hay tantas parejas sin casarse.

Una señorita sin tabúes, muy abierta a cualquier clase de proposición

Además, el proceso cerebral de volverte adepto a ese comportamiento te ha desensibilizado de otras recompensas, en consecuencia, te sientes desmotivado y hasta hastiado con la vida, y lo único que te traerá alegría y placer será satisfacer la adicción que te causa ese rush de dopamina tan grande. El texto a continuación es preciso a raíz de que varios autores de artículos de sexología y de Tantra mientan que la pérdida de zinc (cinc) es muy relevante para la salud del cerebro y que este se encuentra presente en gran cantidad en los espermatozoides. Lo que conlleva sugestionarse y tratar de expulsar menos semen o tomar suplementos de tal metal, con sus efectos colaterales. Este es el juego idóneo para un domingo por la tarde cuando tu hombre está recostado en el sofá, mirando un partido de fútbol, ??con la cerveza en la mano. (¡Solo asegúrate de que sus amigos no hayan venido a ver el juego asimismo!) ¡Dile que vas a salir un rato, luego vístete como una enfermera visitante y llama! Un producto para masaje erótico que no puede faltar en ninguna sesión de masaje erótico es el aceite de masaje. Lo que el agua es para los peces lo es el aceite erótico para el masaje erótico. deja que las manos se deslicen suavemente sobre el cuerpo. multiplica por mil cualquier caricia y cualquier trazo. El aceite de masaje, además, puede conceder al masaje erótico un toque aromático e, incluso, gastronómico. Basta meditar, por servirnos de un ejemplo, en la extensa gama de aceites de masaje comestibles que se pueden hallar en el mercado con sabores tan variados como el mango, el melocotón, la frambuesa o bien la lima, entre otros muchos, para hacerse una idea de cara qué puede derivar una excitante sesión de masaje erótico.

En tu muñeca, en la interior, en la mitad de ella

Liberar la tensión que en ti produce la observación de esa belleza femenina que deseas seducir es fundamental antes de dar un paso en tal sentido. Hay técnicas para hacerlo. Puedes, por poner un ejemplo, liberarte de esa tensión dejándola escapar por los pies. Como si fuesen la toma de tierra de una instalación eléctrica, tus pies deben ser el punto de contacto para que el suelo se lleve ese exceso de energía que la contemplación de la belleza femenina te produce y que actúa de manera negativa sobre tu voluntad. Presiona con los pies contra el suelo. Siente cómo la tierra y tus pies ejercen fuerzas contrapuestas. Nota la presión de tu fuerza (contrarrestada por la del suelo) en tus pies y en tu espalda. Flexiona muy levemente las rodillas para efectuar dicha presión. Hazlo en 3 ocasiones. Si esto lo haces mientras que te diriges de palabra a tu adorado objeto del deseo conseguirás algo fundamental: tu atención conseguirá centrarse parcialmente en algo que no es esa belleza un tanto castrante de la mujer a la que deseas seducir. Y eso juega en tu favor. Psicológicamente, restas poder de atracción a la preciosa mujer con la que quieres ligar, la haces menos divina, la humanizas y, al humanizarla, la haces más asequible.

La superficie sobre la que dar el masaje debe tener solidez. Jamás se debe emplear una cama blanda, ni un jergón de muelles, ya que cualquier presión que se ejercite va a ser absorbida por el colchón y no por la persona. Para aquellos de que se preguntan, ¿Qué hacemos juntos, exactamente? Les daré una pista sobre una situación que me parece impresionantemente erótica. Yo lo llamo el tornillo de emparedado. Al hablar antes y durante el sexo anal, confiar en su pareja, confiar en las respiraciones diafragmáticas profundas, tener suficiente lubricante libre y tomarse su tiempo a fin de que ambas se relajen, el coito anal ha de ser placentero, y no un dolor en el trasero de nadie.

Todos sabemos, para refererir otro ejemplo, que para los jóvenes que viven como hijos dentro de una familia, llega un instante en que la corporación familiar a la que pertenecen ha dejado de ser nutriente y estimulante. Para ellos la vida en familia se acerca a su fin, se preparan para salir de ella e empezar una transformación interior. Son condiciones previas a la experiencia de enamoramiento, el que, cuando se presenta, proporciona la fuerza precisa para consumar la independencia y para probar algo que se puede llamar renacimiento. Todos sabemos que, en esas condiciones, los jóvenes pertenecen al sector de la población que se enamora con más sencillez y, en muchos casos, con menos selectividad.